Editorial Alejandro Olaya, Director (e) Colciencias
Fecha: 
28/11/2016 - 2:45pm

Por: Alejandro Olaya Dávila, Director (e)

Durante el año hemos realizado semanas temáticas, cada una de ellas con el objetivo de acercar a la sociedad las principales iniciativas que desarrollan las distintas direcciones de la entidad en su esfuerzo permanente por orientar y fortalecer el progreso científico, tecnológico y la innovación en el país, y que mejor manera de cerrar el año de semanas temáticas que exaltando la labor de la Dirección de Fomento a la Investigación.

Esta área ha sido sin lugar a dudas el centro de nuestra actuación pasada y presente, alrededor de la cual en los últimos años se ha venido tejiendo una serie de transformaciones institucionales que han permitido ampliar nuestra visión y formas de intervención entre el conocimiento científico y la más reciente extensión del mismo, como lo es la innovación.

Al igual que en este mes de noviembre, pero hace 48 años, cuando se creó el Fondo Colombiano de Investigaciones Científicas y Proyectos Especiales “Francisco José de Caldas” (Colciencias) con el objetivo de realizar la promoción de la ciencia y la tecnología para el desarrollo del país, continuamos con este propósito en el centro de actuación de Colciencias y de manera muy especial desde el trabajo realizado en la Dirección de Fomento a la Investigación.

A lo largo de estos años han sido muchos los esfuerzos realizados para ampliar y consolidar las capacidades científicas del país, políticas e instrumentos de gran estabilidad y permanencia en el tiempo han sido su sello característico, dando una invaluable dinámica de largo plazo a la organización de la investigación en el país. Entre los principales podemos señalar:

  • Los consejos de programas nacionales de ciencia y tecnología, creados en el año de 1992 como un instrumento de la “triple hélice” integrado por el gobierno, la comunidad académica-investigativa y el sector productivo, con el objetivo de concertar políticas, agendas estratégicas de I+D y financiación de proyectos. A lo largo de ya más de dos décadas de funcionamiento han sido integrados por los más prestigiosos investigadores y líderes empresariales del país.
  • La política para la formación de nuevo personal científico mediante el programa de becas de doctorado que de forma ininterrumpida completa 25 años de esfuerzos en la formación de nuevos investigadores y gracias al cual se han podido formar un poco más del 70% de los doctores con los que cuenta país.
  • La política de fomento a la excelencia a través de los procesos de medición y reconocimiento de grupos de investigación e investigadores, política que se instala en la tradición del sistema nacional de CTi en el año de 1991, con la primera convocatoria de grupos que realizo Colciencias y en la cual reconoció 134 grupos de investigación, esta política ha venido evolucionando en el tiempo y 25 años más tarde ha convertido a los grupos de investigación en una forma distintiva de la organización de la ciencia en el país, abriendo nuevas reflexiones y discusiones institucionales sobre las nuevas formas de medición y reconocimiento centradas en el investigador y las mejores formas de estímulos para incrementar su productividad y la pertinencia de sus productos.
  • La política de medición del impacto de las revistas científicas nacionales, que se formaliza hace 16 años, con la creación en el año 2000 del Índice Bibliográfico Nacional-PUBLINDEX, como la consolidación de los esfuerzos de captura de información para la evaluación de revistas iniciados en la década de los 90 por la entidad.

Estos son algunos ejemplos de políticas e instrumentos que lidera la Dirección para orientar, fomentar y evaluar la I+D nacional, pero al mismo tiempo somos conscientes que tan o más pesado que esta tradición son los desafíos para repensar el rol de la ciencia nacional en los nuevos tiempos de construcción de una paz estable y duradera, empresa que habrá de concentrar las discusiones acerca de la nuevas formas de organización de la investigación científica en el país, así como los de la reinvención de las políticas e instrumentos con los que tradicionalmente hemos orientado el sistema.

No cabe sino entonces agradecer a todo el recurso humano que ha participado en esta gran construcción y a todo el que desde las universidades, las empresas, los centros y las otras organizaciones del sistema, han apoyado y aportado en ella, además de animarlos hoy a continuar en esta tarea que todos reconocemos es de vital importancia para el logro de los objetivos más legítimos y sustanciales que como sociedad nos hemos propuesto.